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Ninh Bình – Halong Bay en la tierra

Ninh Bình es capital de la provincia con el mismo nombre, en el norte de Vietnam. La zona también es conocida como »Halong Bay en la tierra« por sus similares paisajes kársticos, pero aquí cambiando el mar por campos de arroz, ríos y lagunas. Como hubiera dicho nuestro guía del barco Fantasea en la bahía de Halong: »Same same, but different!!!«.
Hay principalmente dos zonas en las que los turistas que visitan la región pueden apreciar el espectacular escenario natural de cerca, Tam Coc y Trang An. En ambas se puede hacer excursiones de dos o tres horas en pequeños botes, en las que el barquero pasea a los turistas por canales rodeados de campos de arroz o de naturaleza virgen, y en los que se visitan cuevas y templos. El camino transcurre entre inmensos peñascos llenos de vegetación salvaje, que emergen de la tierra plana como si se tratara de islas en el mar.

 

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Siguiendo los consejos del personal de nuestro hostal decidimos alquilar scooters para ir a Trang An. Nos aseguraron que son los dos muy parecidos, igual de espectaculares y bonitos. La diferencia por la que Tam Coc es más famoso, es por que tiene más campos de arroz entre las colinas. Como acababan de recoger el arroz, pensamos que no encontraríamos el lugar como lo conocíamos de las fotos.

Trang An, paseo en barca
En Trang An barqueros o barqueras transportan a turistas en pequeños botes remando durante varias horas.

Es difícil pasarse de largo el embarcadero, porque la entrada es bastante turística, con gran parking y muchas tiendas. Pero tuvimos la suerte que, al ir temprano y no ser temporada alta, fuimos los primeros turistas del día.
Cuando partimos con el pequeño bote sabíamos que íbamos a visitar nueve cuevas diferentes, y pensamos que tendríamos que caminar bastante para llegar hasta ellas, pero la sorpresa fue cuando la barca se encaminó hacia la base de uno de los peñascos y se coló por una pequeña abertura en la roca, entonces lo entendimos. Antes de que nos hubiéramos recuperado del asombro, estábamos dentro de la primera cueva, cruzando la montaña por bajo, dentro de un increíble túnel natural de más de 300 metros de largo, en el que en algunos tramos pasaba justo la barca y nos teníamos que agachar para no golpearnos la cabeza con el techo. Cada vez que salíamos de una cueva, disfrutábamos de un nuevo paisaje espectacular. En algunos lugares parecía que solo se podía acceder al lugar por estas grutas y la única señal de vida por allí eran algunos templos y algún que otro bote con turistas.
Acabamos ligeramente desorientados después de tres horas recorriendo este laberinto natural, pero cuando salimos de la última cueva estábamos otra vez en el valle por donde habíamos empezado la ruta.

Trang An, cuevas
Solo cuando estuvimos muy cerca entendimos que la entrada de la primea cueva se encontraba debajo de esta roca.

Trang An, cuevas
Algunas cuevas son estrechos pasillos en los que la barca pasa justo. Otros, como éste, son amplios túneles. 

Trang An, visita a un templo
Tonje en la visita a un templo. 

Trang An, paseo en barca

Ninh Binh, alrededores

El gran Buda de Bai Dinh

El resto del día lo pasamos recorriendo los alrededores de esta zona hasta llegar a la gran pagoda de Bai Dinh. Es la pagoda mas grande  de Vietnam, y el recinto es enorme, ocupando la cima entera de una colina, con bonitas vistas sobre el valle. Como esa misma tarde queríamos coger el sleeping bus hacia Sapa no teníamos mucho tiempo, así que fuimos directos a ver lo que más nos llamaba la atención de todo el complejo religioso, el gran Buda. Éste también ostenta un récord, el Buda de bronce mas grande de toda Asia, y pesa cerca de 100 toneladas.

Bai Dinh, gran Buda

Bai Dinh
El complejo religioso de Bai Dinh desde la lejanía.  

Una anécdota en el viaje de Ninh Binh a Sapa con el sleeping bus

El viaje desde Ninh Binh a Sapa con el autobús nocturno no fue como nos lo imaginamos, y tampoco como nos los vendieron. Lo contratamos, como normalmente se hace, en el guesthouse, donde nos dijeron que haríamos una parada en Hanoi para cambiar de autobús, y después directo a Sapa donde llegaríamos de madrugada.
Pues bien, cansados como estábamos de todo el día, no tardamos en dormirnos y un par de horas después cuando nos despertamos, ya hacía rato que habíamos pasado de largo Hanoi.
Después, poco antes de la media noche, el conductor nos dejó atónitos con su extraña maniobra; paró en el arcén de la autopista sin motivo aparente, después de un rato parado empezó a dar marcha atrás sin parar durante varios minutos, recorriendo así un par de kilómetros. Imaginamos que nos habíamos pasado la salida, o que se había caído alguna pieza del equipaje o algo así. Entonces, mirando por el cristal trasero vimos, a lo lejos, en la oscuridad de la noche, por el arcén del carril contrario de la autopista, orto autobús también dando marcha atrás. Cuando hubimos coincidido en el mismo punto, de ambos autobuses bajó alguien y se acercaron en medio de la autopista para intercambiar algo. Después, cada autobús siguió su camino. ¿Era tan importante eso que intercambiaron como para hacer semejante imprudencia? Solo ellos lo sabrán. Nos extrañamos mucho por que es la primera vez que vemos esta maniobra, pero el resto de pasajeros vietnamitas no parecieron inmutarse mucho… quizás es algo que ocurre normalmente.

Después de esto pudimos volver a dormir tranquilos. Hasta que a las dos de la mañana nos arranco del sueño profundo en el asiento del autobús el propietario de un hotel para decirnos que ya habíamos llegado a Lao Cai. El autobús estaba vacío y solo quedábamos nosotros. ¿Cuándo y dónde había bajado el resto de la gente? Después de hacernos entender que el bus hasta Sapa, a 30 km de allí, salía a las siete de la mañana, nos ofreció para lo que quedaba de la noche, una habitación de hotel para los cuatro por un módico precio. Todavía medio dormidos no nos quedó otra alternativa que aceptar la oferta.
Al día siguiente, curiosamente salió todo sobre lo previsto, y poco después de las 9 de la mañana estábamos en Sapa, listos para nuestro primer día de trekking.

 

Artikel auf Deutsch

Ninh Bình – die trockene Halong Bucht

Ninh Bình ist die Hauptstadt der gleichnamigen Provinz im Norden Vietnams. Die Region um die Stadt wird auch oft die »trockene Halong Bucht« genannt, aufgrund ihrer ähnlichen Karstlandschaft. Die Kalkfelsen ragen allerdings nicht aus dem Meer, sondern aus einer Ebene aus Reisfeldern, Flüssen und Lagunen. Unser Guide auf dem Boot Fantasea in der Halong Bucht hätte es so gesagt: »Same same, but different!!!«
Um die spektakuläre Landschaft aus nächster Nähe zu sehen, bieten sich Ausflüge in zwei Gebiete in der Nähe von Ninh Bình besonders an, Tam Coc und Trang An. In beiden Gebieten kann man zwei- bis dreistündige Exkursionen in einem kleinen Ruderkahn unternehmen. Diese werden von einer Fährfrau, oder in unserem Fall von einem Fährmann, durch die Reisfelder oder die dichte Natur geführt. Unterwegs hat man Gelegenheit Tempel und Höhlen zu besichtigen. Der Weg des Wassers verläuft zwischen riesigen Karstkegeln, die aus dem Boden ragen, als wären es Inseln im Meer.

Wir vertrauten der Empfehlung des Inhabers unserer Unterkunft und fuhren mit Leihmopeds nach Trang An. Beide Gebiete sollen sehr ähnlich und gleichermaßen sehenswert sein, mit dem Unterschied, dass in dem namhaften Tam Coc mehr Reisfelder zu sehen wären. Nachdem der Reis aber erst kürzlich geerntet wurde, würden wir die Gegend nicht so vorfinden, wie man sie von Bildern kennt.

Trang An, paseo en barca
In Trang An wird man einige Stunden in kleinen Ruderbooten durch die Landschaft geschippert.

Auch wenn man auf eigene Faust unterwegs ist, ist der Anlegeplatz der Boote kaum zu übersehen. Ein riesiger Parkplatz, Straßenstände und Souvenirshops lassen einen großen touristischen Andrang in der Hauptsaison vermuten, wir hatten jedoch Glück früh am Morgen dort angekommen zu sein, als noch kaum ein Tourist da war.
Als es mit dem kleinen Kahn losging, wussten wir, dass wir neun Höhlen sehen würden und dachten, dass wir diese zu Fuß besichtigen würden, aber zu unserer großen Überraschung tat sich am Fuße eines Felskegels, auf den wir zusteuerten, eine niedrige Öffnung im Fels auf und da verstanden wir endlich… Noch völlig verblüfft darüber, waren wir schon in der Höhle und dabei den Felskegel unterirdisch zu durchqueren. Dieser natürliche Tunnel war etwa 300 Meter lang und an einigen Stellen wurde er so schmal, dass das Boot gerade so hindurch passte und man sich ducken musste, um mit dem Kopf nicht gegen Felsvorsprünge zu stoßen. Plötzlich sahen wir Licht am Ende des Tunnels und kaum waren wir draußen, umgab uns eine neue faszinierende Landschaft. Eingekesselt von dicht bewachsenen Felsbergen, erweckten manche Ecken den Anschein kaum zugänglich zu sein, wenn nicht über den Wasserweg. In der fast unberührten Natur sah man nur ein paar Tempel und das ein oder andere Boot mit Touristen.
Nach drei Stunden in diesem wirren Labyrinth aus Kanälen und Höhlen, beeindruckt von einem weiteren Wunder der Natur, verließen wir die letzte Höhle und fanden uns im gleichen Tal wieder, in dem wir die Tour begonnen hatten.

Trang An, cuevas
Erst als wir der Felswand sehr nah waren, verstanden wir, dass sich der Eingang zur ersten Höhle direkt unter dem Fels befand.

Trang An, cuevas
Einige Höhlen sind wie schmale Gänge, durch die das Boot gerade so hindurch passt, diese hier war deutlich größer und hatte Ähnlichkeit mit einem weiten Tunnel.

Trang An, visita a un templo
Tonje bei einem Tempelbesuch. 

Trang An, paseo en barca

Ninh Binh, alrededores

Der tonnenschwere Buddha von Bai Dinh

Den restlichen Tag verbrachten wir damit die Umgebung zu erkunden, u.a. die Tempelanlage Bai Dinh. Der Haupttempel ist der Größte ganz Vietnams und auch die Anlage, die ihn umgibt, ist riesig, sie bedeckt einen ganzen Hügel, von dem man schöne Blicke ins Tal hat. Leider saß uns die Zeit dermaßen im Nacken, weil wir noch am selben Abend den Nachtbus nach Sapa erwischen wollten, dass uns nur Zeit blieb dem riesigen Buddha die Ehre zu erweisen. Und auch der Buddha hält einen Rekord, er ist der größte Bronzebuddha in ganz Asien mit einem Gewicht von 100 Tonnen.

Bai Dinh, gran Buda

Bai Dinh
Der Tempelkomplex Bai Dinh aus der Ferne.

Eine Anekdote zur Reise im Nachtbus von Ninh Binh nach Sapa

Die Reise mit dem Nachtbus von Ninh Binh nach Sapa verlief nicht ganz so, wie wir uns das vorgestellt und auch gebucht hatten. Wir buchten den Bus – wie in Vietnam üblich – in unserer Unterkunft, wo uns gesagt wurde, dass wir in Hanoi den Bus wechseln und danach direkt nach Sapa weiterfahren würden. Laut Plan hätten wir gegen 5 Uhr morgens dort ankommen sollen. Es kam aber ganz anders…
Müde vom erlebnisreichen Tag, dauerte es nicht lange, bis wir vier eingeschlafen waren und als wir ein paar Stunden später aufwachten, lag Hanoi schon längst hinter uns.
Das allein, hatte uns ja schon stutzig gemacht, aber kurz vor Mitternacht überraschte uns der Busfahrer mit einem äußerst seltsamen Manöver. Wir hielten, aus uns nicht ersichtlichen Gründen, auf dem Standstreifen der Autobahn an, um dann den Rückwärtsgang einzulegen und minutenlang die Strecke zurückzufahren, aus der wir gerade gekommen waren. Man fängt ja in solchen Situationen gerne das Rätselraten an: Haben wir etwa eine Ausfahrt verpasst? Oder ist uns ein Gepäckstück vom Dach gepurzelt? Oder, oder, oder? Halb belustigt, halb verwundert schauten wir durch die Heckscheibe und irgendwann nahmen wir auf der entgegengesetzten Autobahnspur einen Bus wahr, der ebenfalls rückwärts fuhr. Als wir mit ihm auf einer Höhe waren, stieg aus jedem Bus eine Person aus, sie trafen sich am Grünstreifen der Autobahn, der eine übergab dem anderen etwas und danach setzten wir unsere Fahrt fort. Was war da so wichtig, was ein Rückwärtsfahren auf der Autobahn rechtfertigte?! Das werden wir wohl nie erfahren… Die restlichen Passagiere im Bus, hauptsächlich Vietnamesen, ließen sich übrigens nicht anmerken, falls sie überrascht waren, aber wahrscheinlich passierte das nicht zum ersten Mal.

Wieder friedlich im Liegesitz des Busses eingeschlafen, ging es immer weiter nördlich, bis um zwei Uhr morgens ein Angestellter aus einem Hotel uns aus dem Tiefschlaf riss. Angekommen! In Lao Cai! Um zwei Uhr morgens! Der Bus war bis auf uns leer. Wo und wann sind die denn alle ausgestiegen? Bis wir verstanden hatten, dass es erst um sieben Uhr morgens mit einem anderen Bus weiter ins 30 km entfernte Sapa gehen würde, dauerte es etwas. Also ließen wir uns schlaftrunken von dem freundlichen Hotelangestellten – der wohl hellseherische Fähigkeiten besitzt, denn wieso sollte er sonst mitten in der Nacht potentielle Gäste in einem Bus vermuten – vom Liegesitz des Busses in ein hartes, aber günstiges Bett irgendwo in Lao Cai bringen.
Am nächsten Tag lief dann komischer Weise alles wie am Schnürchen und um 9 Uhr morgens standen wir, früher als erwartet, in Sapa, bereit für unsere erste Trekkingtour.

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