At the moment..., Laos, Luang Prabang
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Sabaidee, Luang Prabang!

Noch zu Hause in Deutschland haben wir beschlossen, dass es uns gut tun würde an einem Ort etwas länger zu bleiben, um sich vom ständigen unterwegs sein zu erholen, Zeit zu finden das Geschehene zu verarbeiten und auch die Möglichkeit zu haben, die Menschen des Landes besser kennen zu lernen.
Luang Prabang bot sich da besonders an, weil hier Suzette, eine Goldschmiedin und Freundin von Javi aus München, zeitweise lebt. Mit ihr haben wir die Stadt nicht als Touristen erlebt, sondern ein bisschen wie Einheimische. Wo man andernorts erst durch Ausprobieren herausfindet, wo es das beste Essen gibt, oder die schönste Aussicht, haben wir eine erste Woche aus lauter Punktlandungen erlebt. So sind wir z.B. noch zur Nachtstunde aufgestanden, um den Blick vom Mount Phou Si im Morgengrauen und in völliger Ruhe zu genießen, bevor sich die Touristenmassen für ein »selfie« auf den Berg hinauf schuften. Statt am Nachtmarkt billige Chinaprodukte zu erwerben, die ca. 90 % des Marktes ausmachen, haben wir die richtigen Läden gezeigt bekommen, in denen Handarbeiten der verschiedenen Volksstämme aus Laos verkauft werden. Und zum Sonnenuntergang saßen wir am Ufer des Mekong bei »Beerlao«, dem heimischen Bier, das hier wie Wasser getrunken wird und »Mok Pa«, einem Fischgericht, das im Bananenblatt gedämpft wird.

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koriander-y-manta_LuangPrabang_PhouSiKurz vor dem Sonnenaufgang auf dem Mount Phou Si.

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Wenn man Luang Prabang ist, sollte man unbedingt einmal auf einer der Terrassen am Ufer des Mekong zu Abend essen. Die Sonnenuntergänge über dem Fluss sind wirklich magisch. An unserem zweiten Tag in der Stadt genossen wir diesen besonderen Moment mit unseren Freundinnen Sarah Jane und Suzette. 

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koriander-y-manta_LuangPrabang_PhaBangDieser Tempel befindet sich neben dem Königspalast, in dem das Nationalmuseum untergebracht ist.

Mittlerweile sind insgesamt drei Wochen in Luang Prabang ins Land gezogen und es ist viel passiert. Kurz nach unserer Ankunft wurde in der Stadt »Ok Phansa«, das Ende der Fastenzeit gefeiert. Zu diesem Fest erstrahlt die Stadt im Licht unzähliger bunter Papierlaternen. Wir durften an einer »Baci« teilnehmen, eine buddhistische Zeremonie, die immer dann abhalten wird, wenn es etwas zu feiern gibt, sei es eine Geburt, eine Hochzeit, Neujahr oder der Abschied oder die Rückkehr einer Person. Und natürlich hatten wir auch Zeit uns mit der Stadt und der Umgebung vertraut zu machen. Als ehemaliger Königssitz ist Luang Prabang eine prachtvolle Stadt mit über 30 Tempeln, die 1995 zu Recht zum UNESCO-Weltkulturerbe erklärt wurde. Bis wir alle Tempel gesehen haben, wird es wohl noch etwas dauern, aber wir haben ja Zeit.
Es liegen noch vier Monate vor uns und für diese Zeit haben wir Luang Prabang zu unserer »homebase« erklärt. Von hier aus wollen wir noch Teile von Laos, Nordvietnam und Thailand bereisen und da wir ohnehin immer nach 30 Tagen unser Visum erneuern müssen, lässt sich die Bürokratie wunderbar mit unseren Ausflügen in die Nachbarländer kombinieren.

koriander-y-manta_LuangPrabang_Homebase

Unser kleiner Bungalow ist uns schon richtig ans Herz gewachsen. Wir können hier zwar nicht kochen, aber der Kühlschrank und die kleine Terrasse tragen sehr dazu bei, uns zu Hause zu fühlen. Nach und nach werden wir von unseren Erlebnissen in Luang Prabang berichten und wenn es so weitergeht wie bisher, könnten es viele werden.

 

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Sabaidee, Luang Prabang!

Todavía estando en casa, decidimos que nos vendría bien quedarnos un tiempo más largo en un lugar, para no estar siempre de un lado para otro, y para que todo lo que hemos visto vaya teniendo tiempo de asentarse en nuestras mentes, y también para tener la posibilidad de conocer mejor a la gente del país.
Luang Prabang nos pareció el mejor sitio, entre otras cosas, porque aquí vive, a temporadas, una joyera y amiga de Javi de Múnich, Suzette. Con ella hemos conocido la ciudad no como turistas, si no un poco más como gente de aquí. En lugar de haber tenido que ir encontrando los mejores sitios para comer a base de buscar, o descubrir donde están las mejores vistas, nosotros durante la primera semana allí donde íbamos, acertábamos. De esta manera, por ejemplo, nos levantamos cuando todavía era de noche para subir al Mount Phou Si, y disfrutar de la vista, al amanecer, con toda la tranquilidad de estar allí arriba solos, antes de que lleguen las masas de turistas en forma de escandalosos y grandes grupos, para hacerse un »selfie« desde arriba. En vez de comprar en el »night market«, donde cerca del 90 % de lo que se vende allí son productos baratos de China, nos han enseñado donde están las auténticas tiendas donde se venden las cosas hechas a mano por las diferentes etnias de Laos. Y la puesta de sol la vimos desde la orilla del Mekong, acompañados de »Beerlao«, la cerveza original del país que aquí la beben como si fuera agua, y de »Mok Pa«, un plato típico en el que el pescado se cocina al vapor enrollado en hoja de platanero.

koriander-y-manta_LuangPrabang_PhouSiPoco antes de la salida del sol en el Mount Phou Si.

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Si se está en Luang Prabang, por lo menos una vez hay que salir a cenar temprano a alguna de las terrazas a orillas del Mekong. Las puestas de sol sobre el río son magníficas. En nuestro segundo día allí disfrutamos de este momento, con nuestras amigas Sarah Jane y Suzette.

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koriander-y-manta_LuangPrabang_PhaBangEste templo está a lado del palacio real, en el que se encuentra el museo nacional. 

Ya han pasado tres semanas desde que estamos en Luang Prabang y ya hemos vivido muchas cosas aquí. Poco después de llegar tuvo lugar la fiesta »Ok Phansa«, en la que se celebra el final de la »cuaresma« budista. Durante esta celebración la ciudad se ilumina con infinidad de lámparas de papel de colores. Pudimos participar en un »Baci«, que es la ceremonia budista que se hace por ejemplo con motivo de un nacimiento, una boda, el año nuevo, o una llegada o despedida de alguien. Y por supuesto tuvimos también tiempo de familiarizarnos con la ciudad y su alrededores. Como antigua capital y residencia de la familia real, Luang Prabang es una ciudad espectacular, con más de 30 templos, y que, con razón, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. Ver todos los templos quizás no es factible, pero como tenemos todavía mucho tiempo, podremos ver muchos de ellos.
Son todavía cuatro meses lo que nos queda por delante y nos hemos propuesto hacer en Luang Prabang nuestra base. Desde aquí queremos viajar todavía a otras partes de Laos, al norte de Vietnam, y al norte de Tailandia, y ya que tenemos que renovar cada 30 días el visado, podemos combinar perfectamente las formalidades burocráticas con excursiones a los países vecinos.

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A nuestro pequeño bungaló ya le estamos cogiendo cariño, y aunque no tenemos la posibilidad de cocinar, con la nevera y la terraza ya nos ayuda bastante a sentirnos como en casa. Poco a poco iremos dando noticias sobre nuestras nuevas experiencias en Luang Prabang, que si sigue este ritmo que llevamos seguro que van a ser muchas.

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