Laos, nature
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Si Phan Don – Cuando el Mekong muestra su mejor cara

En medio del río Mekong hay un paraíso llamado Si Phan Don, que invita a relajarse en cuerpo y alma. Todos lo que nos han hablado de él, nos han dicho que es muy posible que cuando vayamos allí nos quedemos más tiempo de lo previsto, y la verdad es que tenían razón, así ha sucedido. Aquí los relojes se mueven aun más despacio que en el resto de Laos, y parece ser que esta calma y sosiego son contagiosas.

 

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Champasak, una parada de camino

Se puede llegar a Si Phan Don por el sur desde Camboya, o por el norte desde la ciudad de Pakse, como hicimos nosotros. Más o menos en el camino de Pakse a Si Phan Don, cerca de la localidad de Champasak, están las ruinas del templo Wat Phu, que vale mucho la pena visitar. Nos vino muy bien ir allí para compensar con un poco de cultura los despreocupados días que nos esperaban en Si Phan Don.

Las ruinas del nivel medio de Wat Phu. Champasak, Laos

Escalinata de Wat Phu. Champasak, Laos

Es un antiguo templo khmer construido en varios niveles en la ladera de una montaña. Por desgracia gran parte está en ruinas, y actualmente lo están reformando. Nosotros fuimos a verlo tan temprano que todavía estaba cerrado el recinto cuando llegamos, así que entramos por una puerta lateral, y luego pagamos la entrada al salir, 50.000 KIP por persona. No se si esto se debe hacer, pero nosotros lo hicimos y funciono muy bien, y sobre todo pudimos disfrutar durante más de una hora de todo el templo para nosotros solos.
Lo que más nos gustó del lugar fue la torcida escalinata que lleva hasta el nivel superior, y los restos de grandes templos en el nivel medio.

Árboles frangipani en la escalinata de Wat Phu. Champasak, Laos.
Esta deformada escalinata esta custodiada por dos hileras de árboles frangipani, que continuamente dejan caer sus preciosas flores de color blanco y amarillo. 

Flores del frangipani, en Wat Phu. Champasak, Laos

Relieve en el templo de Wat Phu. Champasak, Laos

Collar floral para escultura en el templo de Wat Phu. Champasak, Laos

Las islas Don Det y Don Khon

Después de dos noches en Champasak, seguimos con autobús hasta Si Phan Don, que literalmente traducido significa »4000 islas«. Es una región al sur de Laos donde el río Mekong se ensancha hasta 14 km, dando lugar a un numeroso grupo de islas. A diferencia de en la mayor parte de su recorrido, aquí, el agua del Mekong es cristalina. El motivo es que ésta fluye lentamente y  permite que los sedimentos se depositen en el fondo.
Muchas de las islas quedan inundadas cuando el río crece en la época de lluvias mientras que algunas de ellas están habitadas y son lugares muy tranquilos, sin coches ni carreteras. Las gentes de allí viven de la pesca y de la agricultura, cerca de la orilla del río, y de una manera muy sencilla.
En algunas islas se ha desarrollado el turismo bastante en la ultima década y en la época seca, cuando el agua baja limpia y clara, hay un ir y venir continuo de turistas que se alojan generalmente en bungalows con vistas al río.

Cerca del French Bridge entre las islas Don Det y Don Khong en el río Mekong. Si Phan Don, Laos.

Bungalows en la isla Don Det, cerca del French Bridge en el río Mekong. Si Phan Don, Laos.
Los bungalows dan directamente al agua, y a veces tienen hamacas desde donde disfrutar de las vistas del río.

Búfalos de agua en los campos de arroz de Don Det. Si Phan Don, Laos.
En su mayor parte, el interior de las islas están ocupadas por campos de arroz, y el resto está cubierto de bosque.

Búfalo de agua bañándose en el río Mekong cerca de la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.
Es fácil cruzarse von búfalos que van o que vienen del río.

Vendedor ambulante de helados en la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.
Ni los niños ni nosotros nos pudimos resistir a este refrescante capricho, que además tan raramente se encuentra en Laos.

Camino en la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.

De las tres islas principales, estuvimos en las dos de mas al sur, Don Det y Don Khon, que son las que más oferta turística tienen. Son famosas por el turismo joven mochilero en busca de fiesta, pero realmente son islas muy tranquilas, y solo en Ban Hua Det, al norte de Don Det es un poco mas movido el ambiente, pero ni si quiera aquí se siente uno en absoluto molestado por la gente.

Amanecer desde la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.

La buena acción del día

Para moverse por las islas es ideal hacerlo en bici, ya que las distancias son relativamente cortas y además los caminos no están preparados para mucho más. Desde nuestro bungalow, en la zona sur de Don Det, cerca del »French bridge«, en 20 minutos con la bici estábamos en la entrada de las cataratas Li Phi, una de las tres que se pueden visitar cerca de estas islas. La entrada cuesta 35.000 KIP por persona, y dentro del recinto hay un lugar donde te puedes dar un baño en el río, y un gran restaurante donde comer.

Cataratas de Li Phi en el rio Mekong, cerca de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Cataratas de Li Phi en el rio Mekong, cerca de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Pero nosotros aconsejamos no comer en el restaurante de dentro, si no en los de fuera. El motivo es que nos hemos enterado de que antes de que montaran el complejo turístico estos restaurantes estaban al lado de la catarata, donde a los turistas les gusta comer, pero el gobierno llegó y los echó fuera, para poner dentro su propio negocio en el mejor sitio. Desde entonces las familias a las que pertenecen estos restaurantes tienen problemas económicos y dificultades para salir a adelante. ¿Que como hemos sabido esto? Pues cuando salimos del recinto, en uno de los restaurantes había música alta y mucha gente comiendo, bebiendo y bailando. Un chico francés salió a nuestro encuentro para contarnos esta historia y también la suya propia. Desde hace siete años conoce a esta familia y cada vez que la vuelve a visitar ve que van a peor y quiere ayudarles a tener clientes para que puedan prosperar. Claro que paramos allí, comimos muy bien y pasamos allí toda la tarde muy entretenidos con un montón de gente simpática que también paró y quiso ayudar.

Restaurante antes de entrar al recinto turístico Li Phi Falls. Si Phan Don. Laos.

Delante de uno de los restaurantes antes de entrar al recinto turístico Li Phi Falls. Si Phan Don. Laos.
Tanto se involucró la gente en ayudar que al final la gente se iba turnando para salir a buscar a los siguientes turistas que pasaran por allí.

La familia del restaurante al completo, es decir; un matrimonio, un abuelo, una tía y cinco niños, estaban todos muy felices de ver el restaurante lleno y a los turistas queriendo ayudar, y para celebrarlo bailaban junto con el resto de la gente bailes tradicionales de música laosiana.

Restaurante antes de entrar al recinto turístico Li Phi Falls. Si Phan Don. Laos.
La manera tradicional de bailar en Laos se aprende muy rápido. Con las piernas se acompaña el ritmo de la música y con las manos se dibujan círculos en el aire con movimientos de muñeca.

Al día siguiente seguimos explorando el resto de la isla de Don Khon que no habíamos podido ver el día de antes a causa de la espontánea fiesta solidaria. Descendiendo hacia el sur por una bonita senda que transcurre por la orilla este de la isla, se llega finalmente al poblado Ban Hang Khon. Aquí hay un mirador que en su día, cuando la época del protectorado francés en Laos, fue una especie de puerto y estación de tren para el tráfico de mercancías. Es difícil el imaginar que en este lugar cortaban los barcos en trozos para subirlos al tren, y una vez transportados los volvían a montar para seguir navegando. Con este corto tramo de ferrocarril que cruza las dos islas pudieron salvar entonces las cataratas del Mekong en este punto.

Canales construidos en la época del protectorado francés en Laos. Si Phan Don
xxxxxLos franceses también construyeron canales para facilitar el transporte de mercancías por el río Mekong a su paso por Si Phan Don.

Vista desde el viewpoint al sur de Don Khon. Si Phan Don, Laos.
Desde este mirador también se pueden ver delfines de Irawadi, aunque para verlos realmente de cerca hay que contratar un pequeño paseo con barca desde allí mismo.

Vista de la puesta de sol desde un paseo en barco al sur de Don Khon. Si Phan Don, Laos.
Por desgracia los delfines no se dejan fotografiar muy bien, pero en cambio la puesta de sol sí.

Paseo en barco desde el sur de Don Khong para ver los delfines Irawadi. Si Phan Don, Laos.
La conductora de nuestro paseo en barco para ver los delfines Irawadi, que poco antes estaba preparando ensaladas de papaya en el restaurante.

Justo al lado del mirador hay un pequeño restaurante regentado por la misma gente del pueblo. Tanto nos gustó el Laap Pa que comimos allí que preguntamos si lo podían repetir otra vez para nosotros, pero esta vez queríamos ver como se hace. Y claro, sin ningún problema, nos dejaron entrar en la »cocina«, nos dijeron los ingredientes, y nos enseñaron, paso por paso, como hacerlo. El segundo estaba igual de bueno que el primero, así que no fue que tuviéramos mucha hambre.

Cocina del restaurante en el viewpoint al sur de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Cocinando el Laap Pa en Hang Khon, en la isla de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Al poco rato empezaron ha cenar ellos, y como ya habíamos hecho un poco de amistad, nos invitaron a su mesa y a probar lo que comían. ¿Y cómo decir que no a gente tan amable? Con hojas de lechuga o hojas de mango – sí, hojas del árbol del mango – enrollaban un trozo de filete de pescado crudo, junto con brotes de soja y algunas otras hierbas, y lo mojaban en una salsa de guindillas o en una de wasabi antes de comerlo. Probamos algunos rollos, a pesar de que habíamos leído en la guía de viajes que se debe evitar comer pescado crudo en zonas rurales para prevenir una posible infección de gusanos en el estomago. Fue algo inusual el comer esta especie de sushi allí con la gente del pueblo y estaba muy bueno. La de cosas que nos dejaríamos por vivir si hiciéramos caso de todas las advertencias…

El último día en las islas de Si Phan Don fue relajado, y lo empleamos para actualizar el blog, y también para conocer a gente. Sabine y Philipp, de Augsburgo, nos dieron buenos consejos para nuestra próxima etapa de la que muy pronto daremos noticias.

 

 

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Si Phan Don – Der Mekong von seiner schönsten Seite

Mitten im Mekong liegt ein Paradies namens Si Phan Don, ein Ort an dem man die Seele baumeln lassen kann. Von vielen Seiten waren wir gewarnt, dass wir die Gegend Si Phan Don nicht so leicht verlassen wollen, sind wir einmal dort angekommen. Und genauso kam es auch, wir blieben länger als gedacht. Hier ticken die Uhren noch etwas langsamer als im restlichen Laos und scheinbar sind die Gelassenheit und Ruhe, die der Ort ausstrahlt, ansteckend.

Ein Zwischenstopp in Champasak

Nach Si Phan Don, gelangt man entweder vom Süden kommend über Kambodscha oder vom Norden kommend, über die Stadt Pakse, so wie in unserem Fall. Mehr oder weniger auf dem Weg dort hin liegt das Örtchen Champasak, in dessen Nähe die Tempelruine Wat Phu wirklich sehenswert ist. Bevor wir also faul in der Hängematte liegen würden, gab es etwas Kultur zum Ausgleich.

Las ruinas del nivel medio de Wat Phu. Champasak, Laos

Escalinata de Wat Phu. Champasak, Laos

Der alte Tempelkomplex wurde von den Khmer am Hang eines Berges errichtet, aber leider sind große Teile davon verfallen und wurden zum Zeitpunkt unseres Besuchs renoviert. Als wir dort sehr früh morgens ankamen, war die Anlage offiziell noch geschlossen, aber durch einen Seiteneingang gelangten wir auch so hinein. Den Eintrittspreis von 50.000 KIP haben wir dann beim Verlassen entrichtet. Ob man das so machen darf, sei dahingestellt, aber für uns hat es sich sehr gelohnt, denn wir hatten zu der frühen Stunde den Tempel für uns ganz allein.
Neben den mächtigen Ruinen auf der mittleren Ebene, hat uns besonders die windschiefe Treppe gefallen, die zum höchsten Punkt der Tempelanlage führt.

Árboles frangipani en la escalinata de Wat Phu. Champasak, Laos.
Die verwitterte Treppe ist gesäumt von alten Frangipanibäumen, die von Zeit zu Zeit ihre wunderschönen weiß-gelben Blüten abwerfen. 

Flores del frangipani, en Wat Phu. Champasak, Laos

Relieve en el templo de Wat Phu. Champasak, Laos

Collar floral para escultura en el templo de Wat Phu. Champasak, Laos

Die Inseln Dot Det und Don Khon

Nach zwei Nächten in Champasak, nahmen wir einen kleinen Bus Richtung Si Phan Don, übersetzt »4000 Inseln«. Der Name steht für eine Region, in der im Süden Laos der Mekong auf eine Breite von 14 km anschwillt und sich unzählige Inseln gebildet haben. Im Gegensatz zu anderen Teilen des Mekongs, ist das Wasser dort klar und sauber. Grund ist die verlangsamte Fließgeschwindigkeit des Wassers, die dafür sorgt, dass sich Sedimente und Dreck am Grund absetzen können.
Zur Regenzeit, wenn der Wasserpegel ansteigt, werden viele der Inseln überschwemmt. Nur wenige sind bewohnt und da es keine Straßen oder Autos gibt, handelt es sich um ein sehr ruhiges Fleckchen Erde, an dem die Leute größtenteils vom Fischfang und der Landwirtschaft leben.
Ein paar Inseln haben sich in den letzten zehn Jahren zu beliebten Touristenzielen entwickelt und wenn zur Trockenzeit klares, blaues Wasser den Mekong hinunter fließt, herrscht ein reges Kommen und Gehen von Touristen. Die meisten Unterkünfte sind recht einfach, aber unglaublich idyllisch gelegen.

Cerca del French Bridge entre las islas Don Det y Don Khong en el río Mekong. Si Phan Don, Laos.

Bungalows en la isla Don Det, cerca del French Bridge en el río Mekong. Si Phan Don, Laos.
Die Bungalows stehen entweder direkt am Wasser oder man hat Blick auf den Fluss, wenn man in der Hängematte auf der Veranda döst. 

Búfalos de agua en los campos de arroz de Don Det. Si Phan Don, Laos.
Der Großteil der Insel Don Det wird für den Reisanbau genutzt, auf Don Khon gibt es dagegen noch viel Wald. 

Búfalo de agua bañándose en el río Mekong cerca de la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.
Häufig laufen einem Büffel über den Weg oder sie liegen faul im flachen Wasser. 

Vendedor ambulante de helados en la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.
Weder die Kinder noch wir konnten der kühlen Versuchung widerstehen, gerade weil man sie so selten in Laos findet. 

Camino en la isla Don Det. Si Phan Don, Laos.

Von den drei größeren Inseln, haben wir die beiden südlich gelegenen Inseln Don Det und Don Khon besucht, die über ein großes touristisches Angebot verfügen. Viele junge Backpacker stranden hier auf der Suche nach der besten Party, doch in Wirklichkeit sind die Inseln sehr ruhig, nur in Ban Hua Det, an der nördlichen Spitze Don Dets, merkt man etwas davon, aber noch nicht mal hier fühlten wir uns von den Leuten gestört.

Jeden Tag eine gute Tat

Mit den Fahrrad kann man sich am Besten auf den Inseln fortbewegen, die Distanzen sind nicht groß und die Straßen sind ohnehin nicht für viel mehr ausgelegt. Wir bezogen einen kleinen Bungalow am südlichen Ende Don Dets, unweit der französischen Brücke die hinüber nach Don Khon führt. Von dort waren es nur zwanzig Minuten mit dem Rad zum Li Phi Wasserfall, einer von drei Wasserfällen in der Gegend. Die Besichtigung kostet 35.000 KIP und innerhalb des Naturparks es gibt die Möglichkeit zu baden und ein großes, modernes Restaurant.

Cataratas de Li Phi en el rio Mekong, cerca de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Cataratas de Li Phi en el rio Mekong, cerca de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Wir können aber nur dazu raten, dort nicht zu essen, sondern lieber die kleinen Lokale der Einheimischen vor dem Eingang zum Wasserfall, zu unterstützen. Später fanden wir heraus, dass die einheimischen Familien früher ihre Lokale genau dort hatten, wo man als Tourist nun einmal gerne zum Essen sitzt – direkt vor dem Wasserfall mit schönem Blick. Bis dann eines Tages die Regierung die Familien vor die Tore es Naturparks gesetzt hat und ein modernes Restaurant an die Stelle gebaut hat. Seitdem geht es den Familien finanziell gar nicht gut. Woher wir das alles wissen? Nachdem wir den Wasserfall gesehen hatten, sind wir an den besagten kleinen Lokalen der Einheimischen vorbeigekommen und in einem herrschte eine ausgelassene Party. Typische, laotische Musik schallte aus Boxen, viele Leute saßen an den Tischen, aßen und tranken und es wurde getanzt. Ein Franzose kam auf uns zu und erzählte uns die Geschichte, bzw. seine Geschichte. Demnach kenne er die Familie schon seit sieben Jahren, hat jedes Jahr wenn er zu Besuch kam, gesehen wie es ihnen stetig schlechter ging und schließlich beschlossen, ihnen zu helfen indem er Kunden ins Lokal lockt. Wir blieben natürlich dort, aßen hervorragend und verbrachten einen sehr schönen und lustigen Nachmittag mit vielen anderen, die da waren um die Familie zu unterstützen.

Restaurante antes de entrar al recinto turístico Li Phi Falls. Si Phan Don. Laos.

Delante de uno de los restaurantes antes de entrar al recinto turístico Li Phi Falls. Si Phan Don. Laos.
Einige folgten dem Beispiel des Franzosen und sprachen weitere Touristen an, die am Lokal vorbei kamen. 

Die gesamte Familie, ein Ehepaar, ein Opa, eine Tante und fünf Kinder, freuten sich sichtlich ihr Lokal so voll mit hilfsbereiten Leuten zu sehen. Alle tanzten zusammen zur Musik, natürlich den traditionellen laotischen Tanz.

Restaurante antes de entrar al recinto turístico Li Phi Falls. Si Phan Don. Laos.
Der traditionelle Tanz ist schnell erlernt, denn man wippt nur mit den Füßen zum Takt der Musik und lässt die Hände dazu harmonisch aus dem Handgelenk kreisen.

Am nächsten Tag setzten wir unsere Erkundung der Insel Don Khon fort, die am Vortag durch das spontane, solidarische Fest unterbrochen wurde. Über einen schmalen, schönen Pfad, der auf der östlichen Seite der Insel erst durch Reisfelder und dann durch den Dschungel führt, gelangten wir in das Dörfchen Ban Hang Khon. Dort gibt es eine Aussichtsplattform, an dessen Stelle zur Zeit der Kolonialherrschaft der Franzosen mal ein Hafen bzw. Güterbahnhof gewesen ist. Man kann sich kaum vorstellen, dass hier ganze Boote in zwei Teile gesägt wurden, auf dem Schienenweg nach Norden transportiert wurden, um sie hinterher wieder zusammenzuschweißen und zu Wasser zu lassen. Nur so konnten damals die Wasserfälle überwunden werden.

Canales construidos en la época del protectorado francés en Laos. Si Phan Don
Die Franzosen errichteten auch Mauern im Mekong, um in den entstandenen Kanälen den Gütertransport flussabwärts zu erleichtern. 

Vista desde el viewpoint al sur de Don Khon. Si Phan Don, Laos.
Vom Aussichtspunkt kann man manchmal die seltenen Irawadidelfine sehen, wobei man dafür besser eine kleine Bootstour bucht. 

Vista de la puesta de sol desde un paseo en barco al sur de Don Khon. Si Phan Don, Laos.
Die Delfine ließen sich nicht leider nicht so leicht fotografieren, dafür aber der Sonnenuntergang. 

Paseo en barco desde el sur de Don Khong para ver los delfines Irawadi. Si Phan Don, Laos.
Unser Boot wurde von einer sympathischen Einheimischen gesteuert, die noch kurz zuvor im Lokal Papayasalat zubereitet hat. 

Direkt an der Aussichtsplattform befindet sich ein kleines von Einheimischen geführtes Lokal. Der lauwarme Fischsalat, Laap Pa, den wir dort aßen, war so himmlisch, dass wir gleich eine zweite Portion bestellten und diesmal der Köchin erlaubter Weise über die Schulter schauten. Bereitwillig wurden uns die Zutaten gezeigt und Zutritt zur »Küche« gegeben, wo wir sahen wie das Gericht zubereitet wurde. Und auch das zweite Mal schmeckte es sehr gut, der Hunger hatte uns also nicht fehlgeleitet.

Cocina del restaurante en el viewpoint al sur de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Cocinando el Laap Pa en Hang Khon, en la isla de Don Khong. Si Phan Don, Laos.

Kurz darauf begannen die Leute vom Lokal selbst zu Abend zu essen und nachdem wir Freundschaft mit ihnen geschlossen hatten, wurden wir an ihren Tisch eingeladen. Wie hätten wir da »Nein« sagen können?
Mit einem Salatblatt oder einem Mangoblatt – ja, ein grünes Blatt vom Mangobaum – rollten sie, zusammen mit Sojasprossen und verschiedenen Kräutern, ein Stück rohes Fischfilet ein. Das Röllchen wurde wahlweise in Chilisauce oder Wasabi getaucht, bevor es verspeist wurde. Obwohl wir gelesen hatten, dass man in ländlichen Gegenden unbedingt auf rohen Fisch verzichten sollte – es besteht das Risiko sich Würmer einzufangen – probierten wir davon. Absolut außergewöhnlich das Geschmackserlebnis und eine sehr schöne Erfahrung, diese Art Sushi zusammen mit den Einheimischen zu probieren. Was würde man nur alles verpassen, gäbe man zu viel auf solche Warnungen…

Den letzten Tag in Si Phan Don verbrachten wir entspannt, schrieben unsere Erlebnisse für den Blog auf und lernten Sabine und Philipp aus Augsburg kennen. Die beiden gaben uns wunderbare Tipps für unsere nächste Etappe, von der wir bald berichten werden.

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